jueves, 15 de abril de 2010

Tu fidelidad hará que recibas la bendición

REVELACION

Me vi en la iglesia, todos estaban alabando a Dios. De repente sentí un fuerte deseo de interceder en oración por el pueblo de Dios. Tomé el micrófono y comencé a rogar y gemir por el pueblo cristiano. De pronto una figura hermosa de hombre se posó en la parte delantera derecha de la iglesia. Sus vestiduras eran blancas y brillantes y tenia un cinturón de oro puro y muy fino. Cada detalle del cinturón se unia a la perfección con el siguiente. Era inmenso el tamaño de ese ser y un resplandor indescriptible salia de el. Me di cuenta que era Jesús!! El dejó que yo observara con detenimiento cada detalle de su persona y luego extendió su mano sobre cada uno de los que estaban en la iglesia y me dijo: "toma este cofre y recoge las peticiones de mi pueblo". El cofre era de verdad y era muy hermoso. No era muy grande, era color marrón, como de madera y tenia dos correas que se extendian desde la parte de atrás y cerraban en la parte delantera. Tenia un musgo verde intenso y muy suave en toda su superficie. En algunas áreas el musgo tenia más crecimiento que en otras.

Comencé a recoger unas tarjetas blancas de todos mis hermanos. Todas estaban escritas... eran las peticiones que cada uno le hacia al Señor.

Antes de colocarlas en el cofre escuché nuevamente la voz de Jesús. Era tan imponente! En un tono autoritario pero que a la vez transmitia paz y amor. Comencé a llorar sin atreverme a mirar su rostro. Yo me decia: "lo que quiero es alabarle, bendecir SU nombre, adorarle, pues su presencia y su voz invitaban a postrarse ante sus pies, a glorificarle por toda la eternidad". El me levantó tocándome dulcemente por el hombro y me dijo: "debes continuar, esto es de suma importancia. Toma las peticiones y colócalas de dos en dos, una frente a la otra y átalas con esta cuerda". Las amarré con las cuerdas que El me dió, eran una cuerdas tan blancas...! Entonces volvió a hablarme: "Esto significa que asi como cada petición está unida una frente a la otra, asi debe estar mi pueblo ante mi y el cumplimiento de una petición va a provocar el cumplimiento en cadena de la que está de frente".

Cuando terminé de atarlas el me dijo: "ahora átalas todas y colócalas en el cofre y ciérralo". Cuando lo hice, levanté la mirada y ya Jesús no estaba allí.

Amados, Dios nos ama tanto que su mayor deseo es bendecirnos y prosperarnos. El sabe lo que necesitamos, pidámosle con fe. Dios es nuestro Padre y como Padre nos consiente pero debemos andar en rectitud frente a El, sólo así podremos recibir sus promesas y bendiciones. Cuando los hermanos están en unión y amor, el Espíritu Santo se mueve con libertad en su casa y podemos ser de bendición a otros.

Busca primeramente el Reino de Dios y su justicia y toooooodo lo demás vendrá por añadidura. Pruébalo en esto y verás grandes cosas. Que la paz de Dios sean sobre ti hoy y siempre.

Revelado a Leillian Rivera, amén!

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