Me vi dentro de mi automóvil y a la distancia miraba muchas luces, distorcionadas pues era de noche.
Al acercarme todavia dentro de mi auto, me percaté de que las luces que habia visto provenian de muchos autos que estaban estacionados en la carretera. Estos estaban en distintas posiciones en la via. Los policias estatales y la Guardia Nacional habian detenido los autos y también el mio.
Ví como uno de los de la Guardia Nacional me apuntaba con su escopeta y me hacia señales, muy molesto, de que me bajara de mi auto. Yo estaba aterrorizada y con mucha cautela lo hice. Cuando salí de mi auto vi algo espantoso; ellos habian matado a muchísimas personas, algunos aún dentro de sus autos. Otros yacian encima de los bonetes de los autos y otros al parecer trataron de escapar y no pudieron. Vi sus cuerpos inertes en el pavimento. Se podia oler la sangre pues los cuerpos estaban literalmente en sus propias "piscinas" de sangre.
Al acercarme todavia dentro de mi auto, me percaté de que las luces que habia visto provenian de muchos autos que estaban estacionados en la carretera. Estos estaban en distintas posiciones en la via. Los policias estatales y la Guardia Nacional habian detenido los autos y también el mio.
Ví como uno de los de la Guardia Nacional me apuntaba con su escopeta y me hacia señales, muy molesto, de que me bajara de mi auto. Yo estaba aterrorizada y con mucha cautela lo hice. Cuando salí de mi auto vi algo espantoso; ellos habian matado a muchísimas personas, algunos aún dentro de sus autos. Otros yacian encima de los bonetes de los autos y otros al parecer trataron de escapar y no pudieron. Vi sus cuerpos inertes en el pavimento. Se podia oler la sangre pues los cuerpos estaban literalmente en sus propias "piscinas" de sangre.
En ese momento comencé a correr porque me di cuenta de que mi propia vida corría peligro. Otras personas, al igual que yo, trataban de huir y corrian cerca de mi. Veia que la gente corría y nadie ayudaba a nadie. Escuchaba gritos, tiros... sentia un miedo espantoso. Pensé en mis hijos y en mi familia mientras seguia corriendo.
Recuerdo que corriamos por los patios de las casas, saltábamos las verjas, nos subíamos a los techos de las casas. Vi casas saqueadas por la enfurecida policia. Ellos daban órdenes de desalojo. Vi tanta gente en agonia...! Le suplicaba al Señor perdón y misericordia. No queria estar alli, pero el Señor me decia que era necesario que viera para que pudiera contar y avisar lo que vendrá sobre el pueblo de Puerto Rico.
Fui testigo de la espantosa escena en que mataban bebés. Los vi tirados en el suelo aún con sus sabanitas manchadas con su propia sangre. Vi niños, jóvenes, adultos y ancianos... era la peor masacre humana que hubiese visto jamás!
En un momento determinado el Señor, con voz autoritaria me ordenó que mirara hacia atrás. Yo le pedia que me sacara de allí, que no queria estar en ese lugar y el me dijo: "es necesario que veas para que hables de lo que pronto viene para esta tierra, es necesario, mira!!
Cuando volteé mi mirada, vi que el mar se comenzaba a levantar y arrastraba con los cuerpos de los muertos y otros que corrian. Escuchaba los gritos de la gente y veia como los carros, objetos y humanos eran arrastrados por el mar.
Le dije: "Señor, por favor, ten misericordia y ayúdanos". Tapaba mi cara y seguia corriendo, saltando de techo en techo y el Señor me seguia recordando que era preciso que mirara porque era lo que iba pronto a acontecer en Puerto Rico.
Le dije: "Señor, por favor, ten misericordia y ayúdanos". Tapaba mi cara y seguia corriendo, saltando de techo en techo y el Señor me seguia recordando que era preciso que mirara porque era lo que iba pronto a acontecer en Puerto Rico.
Recuerdo que mientras saltaba, vi una pareja que conozco y amo mucho tratándo de sostenerse de un alero para subir al techo de una casa. Nadie los ayudó. Yo me detuve, me incliné y tomé la mano de la señora, mientras ella colgaba del alero tratándo de subir. En su cara se veia la agonia, el dolor y el cansancio.
Le dije: "Tienes que reconciliarte con el Señor, no sabemos si vamos a morir". Cuando su compañero, que aún no habia subido al techo me escuchó, dijo: "Qué señor, de qué señor habla ella?". (Esto lo dijo en un tono de molestia y altivez) Su compañera le contestó: "Del Señor Jesús, tenemos que arreglar nuestras vidas con el".
Le dije: "Tienes que reconciliarte con el Señor, no sabemos si vamos a morir". Cuando su compañero, que aún no habia subido al techo me escuchó, dijo: "Qué señor, de qué señor habla ella?". (Esto lo dijo en un tono de molestia y altivez) Su compañera le contestó: "Del Señor Jesús, tenemos que arreglar nuestras vidas con el".
Amado que lees, lamentablemente así sucederá. Vemos como mucha gente afanada y amadora de las cosas de este mundo prefiere cualquier cosa menos que le hablen de Cristo Jesús. Lo quieren todo menos a El. Tristemente llegará el momento en que querrán buscar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y ya no le hallarán.
Dios en su amor, advierte lo que ha de acontecer para que las almas escapen por su vida.
El que tiene oido, oiga lo que el Espíritu dice a la iglesia (Apocalípsis 3:22)
Revelado a Leillian Rivera, sierva de JESUCRISTO.
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